El vino en España
Historia del vino en España
Para hablar del vino en España, es necesario pensar en una historia arraigada a este desde hace muchísimos años.
No existe una clara unanimidad sobre el lugar en el que comenzaron a realizarse los primeros cultivos de vid en España y quienes fueron los que introdujeron las técnicas de elaboración del vino. Diversas fuentes apuntan que los primeros viñedos se habrían asentado en el litoral sudoccidental andaluz constituyendo el punto de entrada y el lugar de las viñas más antiguas de España.
Esta teoría parece ser la más probable, y está avalada por la presencia de los fenicios en la península hace alrededor de 3.000 años. Este pueblo comerciante fundó un puerto en el sudoeste al que llamaron Gadir (Cádiz, en la actualidad). Después se trasladó tierra adentro, creando otra ciudad llamada Xera (ahora Jere en cuyas montañas circundantes plantaron vides. El clima cálido de la zona favoreció la naturaleza fuerte y dulce de los vinos, lo que les
No existe una clara unanimidad sobre el lugar en el que comenzaron a realizarse los primeros cultivos de vid en España y quienes fueron los que introdujeron las técnicas de elaboración del vino. Diversas fuentes apuntan que los primeros viñedos se habrían asentado en el litoral sudoccidental andaluz constituyendo el punto de entrada y el lugar de las viñas más antiguas de España.
Esta teoría parece ser la más probable, y está avalada por la presencia de los fenicios en la península hace alrededor de 3.000 años. Este pueblo comerciante fundó un puerto en el sudoeste al que llamaron Gadir (Cádiz, en la actualidad). Después se trasladó tierra adentro, creando otra ciudad llamada Xera (ahora Jere en cuyas montañas circundantes plantaron vides. El clima cálido de la zona favoreció la naturaleza fuerte y dulce de los vinos, lo que les permitía soportar muy bien los viajes. Este hecho, unido al espíritu comerciante de los fenicios, supuso que ya en el comienzo de la era cristiana, los vinos españoles se convirtieran en una de las mercancías más comunes en los intercambios comerciales del Mediterráneo y norte de África.
Serían los romanos los que continuarían la producción de vinos en la península, para lo que incorporaron sus métodos particulares de elaboración. Entre ellos destaca la crianza en ánforas de barro situadas en estancias altas y soleadas, y cerca de chimeneas. Al parecer, los caldos obtenían así texturas, sabores y fragancias de frutas y flores e, incluso, ahumados muy apreciados. La necesidad de abastecer al vasto imperio y sus legiones contribuyó a intensificar el ya notable tráfico comercial que habían alcanzado los vinos españoles.
El declive del Imperio Romano y la posterior invasión bárbara supuso un freno en el desarrollo de la viticultura en España. Las primeras hordas germánicas destruyeron muchas plantaciones de vid. Posteriormente, la llegada de los visigodos a la península contrarrestó la acción de los bárbaros. Mucho más civilizados que sus predecesores por el contacto con los romanos en las provincias limítrofes del Imperio, concedieron una gran importancia a la viticultura.
La llegada de los árabes en el siglo VIII también se tradujo en algunas dificultades para el desarrollo de la vid y la elaboración del vino debido a la prohibición coránica de consumir bebidas fermentadas y alcohólicas. Pese a ello, el cultivo de la vid continuó e, incluso, se mejoró durante el periodo de dominación musulmana. La primera causa se encuentra en la propia uva como fruta y su zumo: no había motivos para prohibir su consumo ni tampoco el del mosto sin fermentar. Por lo tanto, no se podía impedir su cultivo, al menos para los no musulmanes. La segunda causa es la conocida permisividad de algunas dinastías más liberales hacia los cristianos dominados, a los que permitieron continuar con el cultivo de sus viñedos y la elaboración del vino, sobre todo en los monasterios.
soportar muy bien los viajes. Este hecho, unido al espíritu comerciante de los fenicios, supuso que ya en el comienzo de la era cristiana, los vinos españoles se convirtieran en una de las mercancías más comunes en los intercambios comerciales del Mediterráneo y norte de África.
Serían los romanos los que continuarían la producción de vinos en la península, para lo que incorporaron sus métodos particulares de elaboración. Entre ellos destaca la crianza en ánforas de barro situadas en estancias altas y soleadas, y cerca de chimeneas. Al parecer, los caldos obtenían así texturas, sabores y fragancias de frutas y flores e, incluso, ahumados muy apreciados. La necesidad de abastecer al vasto imperio y sus legiones contribuyó a intensificar el ya notable tráfico comercial que habían alcanzado los vinos españoles.
El declive del Imperio Romano y la posterior invasión bárbara supuso un freno en el desarrollo de la viticultura en España. Las primeras hordas germánicas destruyeron muchas plantaciones de vid. Posteriormente, la llegada de los visigodos a la península contrarrestó la acción de los bárbaros. Mucho más civilizados que sus predecesores por el contacto con los romanos en las provincias limítrofes del Imperio, concedieron una gran importancia a la viticultura.
La llegada de los árabes en el siglo VIII también se tradujo en algunas dificultades para el desarrollo de la vid y la elaboración del vino debido a la prohibición coránica de consumir bebidas fermentadas y alcohólicas. Pese a ello, el cultivo de la vid continuó e, incluso, se mejoró durante el periodo de dominación musulmana. La primera causa se encuentra en la propia uva como fruta y su zumo: no había motivos para prohibir su consumo ni tampoco el del mosto sin fermentar. Por lo tanto, no se podía impedir su cultivo, al menos para los no musulmanes. La segunda causa es la conocida permisividad de algunas dinastías más liberales hacia los cristianos dominados, a los que permitieron continuar con el cultivo de sus viñedos y la elaboración del vino, sobre todo en los monasterios.
El vino en cifras
España es uno de los grandes productores mundiales de vino: primero en el ranking por superficie plantada, en la última campaña 2013/2014, primero por producción, superando a Italia y a Francia y segundo exportador mundial en términos de volumen, aunque tercero en términos de valor. Por su importancia en términos económicos, pero también sociales y medioambientales, así como por la importancia del vino como imagen del país en el exterior, el sector es de extraordinaria relevancia en España.
SITUACIÓN DEL MERCADO MUNDIAL
Viñedo
Según datos de la Organización Internacional de la Viña y del Vino (OIV), en 2012 la superficie vitícola mundial disminuyó en 19.000 hectáreas respecto a 2011, estimándose el total mundial en 7.528.000 ha. El viñedo comunitario total (UE-27) está reduciendo progresivamente su superficie plantada, pasando de las 3.792.000 has en el año 2008 a las 3.492.000 has en el año 2012. Este proceso es consecuencia de la combinación de factores como la reestructuración del viñedo y el impacto de la crisis vitícola, que por otra parte, se ha dejado sentir de forma distinta por zonas y tipos de vino y a la que se añadió el programa europeo de ayuda a los arranques, ya finalizado. La disminución del viñedo comunitario queda compensada por el mantenimiento de las superficies plantadas del resto del mundo. Mientras disminuyen las plantaciones en Australia, éstas crecen en Chile, Argentina, China y, en menor medida, en Turquía, manteniéndose invariables en EE.UU. y Sudáfrica.
Producción Mundial
Según la estimación de la OIV, la producción mundial de vino de 2012 (sin contar zumo y mosto) pudo situarse en 252 millones de hectolitros, 15 millones menos que en 2011. El primer país productor de vino fue Francia, con 41,4 millones de hl (16,4% mundial), seguido por Italia, con 40,1 millones de hl (16% mundial), y España, con 30,4 millones de hl (12,1% mundial y 21% de la UE). Ya con menor volumen, la producción creció en Portugal (+9,5%), Grecia (+14,5%) y cae en Alemania (-1,3%). En 2012, por tanto, éramos terceros en producción pero la previsión para 2013 es de ser los primeros según las estimaciones más recientes de la vendimia. Según estas estimaciones, España tendría una producción sobre los 48,5 millones de hectolitros, mientras que Francia prevé unos 42,5 millones e Italia, sobre los 48 millones hectolitros.
Volviendo a la producción en 2012, fuera de la UE, el nivel de producción es ligerísimamente inferior, con 109,59 millones de hl, a 2011 (109,63 millones de hl). EE.UU. es el país no europeo de mayor producción de vino con 20,5 millones de hl, lo que supone un crecimiento de 1,3 millones de hl respecto a 2011. En segundo lugar, se encuentra Australia, con 12,7 millones de hectolitros, país que supera ligeramente a Chile (12,6 millones de hectolitros) y a Argentina con 11,8 millones de hl. Con respecto a 2011, aumenta la producción de Australia (+13,2%) y de Chile (+20%). Por el contrario, Argentina disminuye sus cifras en 3,7 millones de hl con respecto a la producción del año anterior, cuando se redujo igualmente, aunque de forma mucho más suave.
Respecto a otros países de fuera de la UE, Sudáfrica pasa de producir 9,3 millones de hl en 2011 a superar levemente los 10 millones en 2012. Brasil pasa de los de 3,4 millones de hl producidos en 2011 a 2,9 millones en 2012, volviendo a registrar datos negativos. Nueva Zelanda vuelve a bajar de los 2 millones de hl tras superarlos con creces en 2011. Suiza, por su parte, redujo ligeramente la producción.
Según las estimaciones, de los 15,8 millones de hectolitros que se dejaron de producir en 2012 a nivel mundial, 15 millones se pierden en los tres primeros productores mundiales: Francia, España e Italia, mientras que fuera del Viejo Continente, destaca la caída de Argentina. Por el contrario, países como Chile, EEUU. y, en menor medida, Sudáfrica o Portugal, rompieron con el descenso mundial.
Producción Unión Europea
De acuerdo con los últimos datos publicados por la OIV y siendo estos aún estimaciones sujetas a modificación, la producción de vino de la Unión Europea en 2012 se sitúa en 141,4 millones de hl, bastante inferior a la de 2011, que fue de 157,2 millones (-10%). Por el contrario, la producción del conjunto de países externos a la UE se sitúa en 2012 en los 109,59 millones de hl, sólo un 0,04% menor que en 2011, que fue de 109,63 millones. Siguiendo estas estimaciones, la Unión Europea representaría el 56,1% de la producción vinícola mundial en 2012.
Según las cifras de la Comisión Europea, actualizadas a octubre de 2013, la producción de vino y mosto de uva en la Unión Europea alcanzaría los 171,1 millones de hectolitros en la campaña 2013/2014, lo que supondría un aumento del 12,9% con respecto a la campaña 2012/13, un aumento muy superior en relación a la media de las cinco últimas campañas (+3,4%). Hay que señalar también que la campaña 2012/2013 fue muy escasa. La producción destinada a vinificación en la campaña 2013/2014 se estima en los 167,1 millones de hectolitros, el 97,7% del volumen total. De ellos, 69,6 millones de hectolitros habrían sido destinados para vinos con DOP -Denominación de Origen Protegida- (41,6%), 34,3 millones para vinos con IGP – Indicación Geográfica Protegida- (20,5%), 5,4 millones para vinos varietales sin DOP ni IGP (3,2%) y 57,8 millones para los demás vinos (34,6%).
Por tipo de vino, Francia ocupa la primera posición como productor de vinos con DOP, con 19,8 millones de hectolitros, frente a los 16,2 de Italia y los 14,8 de España. En lo que respecta a los vinos con IGP, la producción francesa asciende a 13,1 millones de hectolitros, la italiana a 12,6 y la española a 4 millones. En cuanto a vinos varietales, sin DOP ni IGP, España se sitúa en cabeza con 2,5 millones de hectolitros, seguida de Italia (0,4 millones de hl) y Bulgaria (0,29 millones de hl). Por último, en lo que respecta a la categoría de otros vinos, Italia es la principal productora con 15,2 millones de hl, por delante de España con 12 millones, y de Francia con algo menos de 10 millones.
Consumo
Con unas estimaciones de consumo mundial de vino para 2012, según datos de la OIV, en alrededor de 243 millones de hectolitros, se aprecia un leve descenso respecto al año anterior de 1 millón de hl (-0,4%). Por países, destaca el aumento registrado en China, que crece en 1,5 millones de hl hasta los 17,8 millones (+9,3%). Le seguiría Francia, con un aumento de alrededor de 1 millón de hl hasta superar los 30 millones (+3,2%). En menor medida, el consumo crecería en EE.UU. (+575.000 hl) Alemania (+293.000 hl), o Argentina (+242.000 hl), entre otros. Por el contrario, caería el consumo en España un 6% hasta los 9,3 millones de hl (-594.000 hl), así como en Italia (-419.000 hl) o Reino Unido (-327.000 hl).
En cuanto a la Unión Europea, el consumo bajaría en 280.000 hl respecto a 2011, con una caída del 1,1%, mientras que, en el resto del mundo, también caería el consumo. Con 122,7 millones de hl, la Unión Europea seguiría liderando el consumo de vino a nivel internacional, aunque sólo un punto por encima (50,5%) del conjunto de países.
SITUACIÓN DEL SECTOR EN ESPAÑA
El sector vitivinícola español tiene gran importancia, tanto por el valor económico que genera, como por la población que ocupa y por el papel que desempeña en la conservación del medio ambiente.
Viñedo
Siempre según datos de la OIV, España, con 1,018 millones de hectáreas destinadas al cultivo de la vid (97,4% destinadas a vinificación, un 2% a uva de mesa, un 0,3 % a la elaboración de pasas y un 0,3 % restante a viveros), sigue siendo, con diferencia, el país con mayor extensión de viñedo de la Unión Europea y del mundo, a pesar de estimarse una caída de 14.000 hectáreas respecto a 2011. Sin embargo, las estimaciones oficiales del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), más recientes, apuntan a que esta superficie haya bajado hasta las 951.693 has en 2013. En todo caso, representa casi el 30% de la superficie total de la UE (seguido por Francia con el 23%, y de Italia con el 22%) y un 13,4 % del total mundial. Su tradición elaboradora de vinos se remonta a la época de los romanos, aunque no ha sido hasta más recientemente cuando la exportación se ha convertido en un hecho masivo y generalizado en el sector.
Producción española
Tras siete campañas de relativa estabilidad, rondando un volumen de producción de vino y mosto de en torno a los 40 millones de hectolitros, en la campaña 2013/2014, y según los datos del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), la producción supera los 52 millones de hl, frente a los 34,2 millones de la campaña 2012/13, lo que supone un importante aumento del 53,7% (+18,4 millones de hl), y la cifra más elevada históricamente. Coincide, además, que la campaña anterior fue especialmente escasa.
Producción declarada española campaña 2013/14
Para la pasada campaña, 2013/14, el FEGA recoge una producción declarada de 52,6 millones de hectolitros, lo que supone un aumento respecto a la campaña anterior del 53,7%, en 18,4 millones de hl. En cuanto al reparto geográfico, para esa campaña, Castilla-La Mancha sigue siendo la principal región productora con el 62,2% de la producción total española y un espectacular aumento respecto a la campaña anterior, habiendo producido 32,7 millones de hl de vino y mosto, lo que supone casi el total de lo producido en la campaña 2012/2013.
Extremadura, segunda comunidad productora, aunque muy lejos de Castilla-La Mancha, produce 4,2 millones de hl que suponen un aumento del 32,2%.Cataluña, tercera productora con 3,7 millones de hl, registra un aumento del 32,3% y la Comunidad Valenciana, cuarta del ranking, se acerca a los 3 millones de hl, registrando un aumento del 40,3%.
Otras comunidades con aumento destacado de su producción en la campaña 2013/2014 son: Andalucía (+58%), Castilla y León (+21,1%) y Murcia (+32,7%).
Durante la última campaña, sólo dos comunidades reducen su producción: Cantabria, con muy poco peso dentro del total y La Rioja. En este caso, la caída es del -4,5%.
Superficie de viñedo
La situación geográfica, las diferencias climáticas y la variedad de suelos, hace de la Península Ibérica y nuestras islas un lugar privilegiado para la producción de vinos de características muy distintas. Se cultiva viñedo en la totalidad de las 17 Comunidades Autónomas en las que se divide el país, si bien cerca de la mitad de la extensión total se encuentra en Castilla-La Mancha (463.639 has y el 48,7 % del viñedo plantado), la zona geográfica con mayor extensión del mundo dedicada a su cultivo, seguida de Extremadura (84.096 has, 8,8 %), Valencia (67.994 has), Castilla y León (63.468 has), Cataluña, La Rioja, Aragón, Murcia y Andalucía.
En todo caso, se trata de superficies de viñedo en España que siguen en descenso. La superficie total de viñedo en nuestro país en 2013 se sitúa, según la “Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos ESYRCE” del MAGRAMA, en las 951.693 hectáreas, frente a las 954.020 has del año anterior. Por tanto, se observa una ligera caída de 2.397 hectáreas (-0,2%). Las mayores caídas porcentuales las ofrecen Andalucía (-7,4%), Murcia (-6,1%) y Madrid (-5,1%), siendo La Rioja (+1,1%) y Canarias (+3,3%) las únicas comunidades autónomas con mayor superficie de viñedo en 2012, mientras que Cantabria la mantuvo estable.
España cuenta con 90 zonas de producción de vinos de calidad con Denominación de Origen Protegida (DOP), de ellas 67 son con Denominación de Origen, 2 con Denominación de Origen Calificada, 7 son Vinos de Calidad con Indicación Geográfica y 14 son Vinos de Pago, las cuales, siguiendo el modelo europeo de producción, mantienen un estricto control sobre la cantidad producida, las prácticas enológicas, y la calidad de los vinos que se producen en cada zona. Las primeras Denominaciones autorizadas se aprobaron en 1932, y se trata de Jerez-Xères-Sherry, Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda, Málaga, Montilla-Moriles, Rioja, Tarragona, Priorato, Alella, Utiel Requena, Valencia, Alicante, Ribeiro, Cariñena, Penedés, Condado de Huelva, Valdepeñas, La Mancha, Navarra y Rueda.
Según los últimos datos publicados, el 51,1% producirá vinos tintos y rosados y el 48,9%, vinos blancos. Las variedades de uva más comunes en España son la Airén (23,5%), Tempranillo (20,9%), Bobal (7,5%), Garnacha Tinta, Monastrell, Pardina, Macabeo y Palomino, por orden de importancia en cuanto a su cultivo. De estas variedades, son tintas, la Tempranillo, Bobal, Garnacha tinta y Monastrell y blancas las restantes.
Mientras tanto, el consumo interno de vino en España sigue ofreciendo unos datos preocupantes, situándose a día de hoy en una estimación por debajo de los 20 litros por persona y año, lo que supone estar a la cola de Europa.
ESTRUCTURA EMPRESARIAL
El sector vitivinícola español se encuentra inmerso en un importante proceso de actualización y renovación. Así, desde el año 2000, la superficie sujeta a reconversión y reestructuración ha superado las 130.000 hectáreas, lo que representa una inversión cercana a los 800 millones de euros. Se estima que algo más de 4.000 bodegas elaboran en España vinos tranquilos, espumosos y de licor. Son, por lo general, de pequeño tamaño y su capital es mayoritariamente de origen español, de tipo familiar, mientras que un gran número están constituidas como cooperativas agrarias.
Entre las principales empresas del sector, con más de 100 millones de euros de facturación, se encuentran las siguientes: Freixenet, J. García Carrión, Codorníu, Arco Wine Invest Group.; Grupo Domecq Bodegas; Grupo Miguel Torres, S.A.; Félix Solís Avantis y Grupo Faustino.
Las pequeñas bodegas y las cooperativas coexisten con estas grandes empresas, que poseen centros de producción en distintas zonas, con objeto de diversificar su oferta. Con objeto de controlar la calidad a lo largo de todo el proceso productivo, algunas bodegas han comprado o ampliado la extensión de sus viñedos, si bien la mayor parte del suministro de las bodegas en España procede de otros viticultores o directamente de las cooperativas en forma de vino. También es importante el nivel de inversión que se ha destinado a la edificación de nuevas bodegas, a la mejora de las instalaciones y equipamientos y a la utilización de técnicas de envejecimiento distintas para ofrecer una gama mucho más amplia de vinos de calidad, si bien tal nivel de inversión se ha visto muy reducido en los años recientes de crisis económica. En este contexto es interesante resaltar la actividad y la innovación de muchas bodegas que experimentan con nuevas variedades de uva y la utilización de las uvas autóctonas para producir vinos más adaptados al gusto del nuevo consumidor.
La DOCa Rioja tiene registradas el mayor número de bodegas de vino de calidad (826), seguida de DO Cava (419), DO Ribera del Duero (286), DO La Mancha (256), DO Cataluña (203), DO Penedés (187) y DO Rías Baixas (181).
Este proceso de modernización se extiende, incluso, a la construcción de las nuevas bodegas encargadas a arquitectos mundialmente famosos, que han emprendido algunas bodegas, entre las que destacan, en Rioja, la nueva bodega de Domecq, Bodegas Ysios (encargada a Santiago Calatrava), o la de CVNE (diseñada por Philippe Mazières), la de Marqués de Riscal que ha proyectado Frank O. Gehry, o la tienda de R. López Heredia por Zaha Hadid o Señorío de Arínzano proyectada por Rafael Moneo para Bodegas Chivite en Navarra.
El sector muestra un enorme dinamismo. El grado de concentración es relativamente elevado, estimándose que los cinco primeros grupos acaparan una cuota conjunta de casi un 28% del mercado. La penetración de capitales extranjeros entre los primeros operadores no es muy importante, aunque sí se van extendiendo los acuerdos con empresas del sector en otros países para mejorar la capacidad de comercialización mundial, como también aumentan las alianzas entre comercializadores para afrontar conjuntamente el fuerte proceso de internacionalización en que está inmerso el sector español del vino.
EXPORTACIÓN
Exportaciones Mundiales
Los intercambios mundiales en el sector del vino adquieren cada vez más importancia. De un total de 72,2 millones de hectolitros de media en el quinquenio 2001-05, se ha pasado a 98,5 millones de hectolitros en el interanual a junio de 2013 según estimaciones de la OIV. En términos de valor y tomando como fuente GTA, que toma los datos de las aduanas de los diferentes países, el importe global de las exportaciones de vino y mosto habría alcanzado en el año 2013 la cifra de 25.767,1 millones de euros, mientras que el volumen para el año 2013 sería de 9.851,9 millones de litros. Este mercado mundial, considerado por la OIV como la suma de las exportaciones de todos los países, ha crecido significativamente en el último año en términos de valor, suponiendo un 1,4% más que en 2012. No obstante, el volumen se ha reducido un 2,3% respecto a 2012, hasta los 98,6 millones de hectolitros, con una pérdida de 2,3 millones de hectolitros en un año.
En 2012, las exportaciones mundiales de vino representaron aproximadamente el 40,4% del consumo mundial (contra un 34,6% en 2006). De donde se deduce que una tendencia estable a lo largo de los últimos años es el crecimiento constante de lo que los intercambios internacionales representan dentro del consumo mundial, señal de que las caídas del consumo en los países tradicionalmente productores se está viendo compensada por el incremento en países cuyas necesidades de vino superan a su propia producción y se ven obligados, por lo tanto, a importarlo.
En los últimos meses, observamos un muy buen desarrollo de las exportaciones vitivinícolas de países pertenecientes al conocido como Nuevo Mundo, en detrimento de los proveedores tradicionales europeos, los cuales aún dominan de forma clara el comercio exportador a nivel internacional. Así, países como Chile, Argentina, Sudáfrica o Nueva Zelanda están ganando cuota progresivamente, sobre todo por un impulso especialmente positivo para las ventas de vinos más económicos.
Siguiendo con los datos de GTA para el año 2013, España es el segundo proveedor mundial de vino y mosto en términos de volumen y el tercero en términos de valor, con 17,7 millones de hectolitros y 2.498 millones de euros respectivamente. El precio medio del vino español en el exterior se fijó en los 1,41 euros por litro, y sigue siendo muy inferior al del resto de principales países proveedores, a pesar de haber subido en 2013 un 22,1%.
Las exportaciones mundiales de vino, en términos de volumen, están lideradas por Italia, primer proveedor con 20,4 millones de hectolitros vendidos en 2013. Sin embargo, Francia vuelve a ser el principal exportador en valor de forma clara, con 7.858 millones de euros de facturación, seguido de lejos por los 5.038,6 millones ingresados por Italia. Francia aún se encuentra, con 14,6 millones de hectolitros, muy lejos de Italia y España en volumen, lo que indica un precio medio de venta muy superior para el país galo. En 2013, se situó en los 5,40 euros por litro, y fue claramente el más elevado entre los doce principales proveedores mundiales. La diferencia es aún mayor si lo comparamos con los precios medios de sus principales competidores, Italia (2,46 €/l.) y España (1,41 €/l.).
La suma de Italia, España y Francia representó en 2013 aproximadamente el 53,4% del volumen y el 59,7% del valor total de vino y mosto exportado a nivel mundial. Pero, ¿cómo evolucionaron respecto al año anterior? España e Italia están viviendo en la actualidad una tendencia muy parecida, con descenso del volumen exportado, pero buenos datos en valor (+7,3% para Italia y +1,8% para España, según GTA). Además, la causa de esta disparidad entre valor y volumen es similar: un fuerte encarecimiento de los vinos más económicos, como es el caso de los graneles, y más concretamente, de los vinos a granel sin ningún tipo de indicación ni variedad. Rusia, entre otros, protagonizó la caída del volumen de venta en ambos proveedores, ya que el estado ruso están sustituyendo su importaciones de graneles procedentes de estos dos países por las del conocido como Nuevo Mundo, con países como Argentina, Chile, Sudáfrica o Uruguay multiplicando sus ventas. Por su parte, Francia centra más sus ventas en los vinos con mayor valor añadido, mostrando una caída respecto a 2012 del 2,8% en volumen, con una facturación estable.
Respecto a otros proveedores[1], Chile sustituye a Australia como cuarto exportador mundial de vino en volumen con 8,8 millones de hectolitros (+17,6%) y también como cuarto exportador en valor con una subida del 1,6% hasta alcanzar los 1.422,4 millones de euros en el año 2013. Encontramos, por tanto, a Australia en el quinto puesto, tanto en volumen, con 7,1 millones de hectolitros y caída del -3,2%, como en valor, con 1.339,4 millones de euros y caída del 12,1%. En 2013, Alemania se suma a la lista de 7 países cuyas exportaciones de vino superaron los 1.000 millones de euros de facturación. El país germano ocupa el séptimo puesto en valor, gracias a una subida del 1,8% hasta sobrepasar los 1.000 millones de euros. En cuanto a Estados Unidos, ocupa el sexto puesto en términos de valor, con crecimiento del 9% hasta los 1.174,4 millones de euros, mientras que en volumen ocupa la octava posición, con 4,1 millones de hectolitros y aumento del 3,5%. En términos de volumen, a las ya comentadas caídas de Italia, España, Francia y Australia, se suman las de Portugal (-9,3%) y Argentina (-13,5%).
La cuota de mercado de los 5 primeros exportadores de la UE en volumen (Italia, Francia, España, Alemania y Portugal), según estas estimaciones, ronda el 60,5% del total mundial en 2013, siendo algo menor que para el quinquenio 2001-2005, cuando era del 65,2%, mientras que en el periodo 1986-90 era del 78,8%.
El grupo de los 6 países nuevos exportadores (Argentina, Chile, Sudáfrica, EE.UU., Australia y Nueva Zelanda) participa con un 31% del mercado en el año 2013, comparado con el 23,4% de media en el quinquenio 2001-2005 y apenas el 3% del total mundial en el periodo 1986-1990. La previsión es que esta cuota aumente durante los próximos años.
Estas cifras, que reflejan un descenso de las cuotas de exportación de los países del “Viejo Mundo”, junto con la subida de las cuotas de los países del “Nuevo Mundo”, arrojan luz sobre la fuerte entrada en el mercado de estos últimos. La buena marcha, principalmente, de las exportaciones de vino a granel y en envases de más de 2 litros en estos países, partida en la que se incluye el vino en formato bag-in-box, muy importante en la mayoría de ellos, les está permitiendo crecer de forma muy positiva.
Exportaciones españolas de vino – Año 2013
Tomando como fuente AEAT (Aduanas), las exportaciones españolas de vino cierran el año 2013 con un buen crecimiento en términos de valor, aumentando un 6,5% hasta los 2.628 millones de euros que suponen 161 millones más que los facturados en 2012 y 882 millones más que en 2009 cuando, tras la fuerte crisis mundial iniciada ese año, empezó la masiva y más reciente internacionalización del vino español. Estos 2.628 millones de euros facturados suponen un récord histórico para las exportaciones españolas de vino. En términos de volumen, se produce una caída del -10,9%, hasta los 18,5 millones de hectolitros, frente a los 20,7 millones de 2012. En 2013 se exporta, por tanto, menos vino pero con un mejor precio medio que se situa en 1,42 euros por litro, un 19,5% más elevado que en 2012, por el freno de las ventas de los vinos más económicos, que subieron notablemente de precio, unido a la buena marcha de los vinos con DOP, con un precio muy superior a la media. Esto supone un aumento de 23 céntimos de euro con respecto a 2012. Hay que señalar que desde el mes de agosto de 2013, cuando ya se estimaba una buena cosecha de vino en España, se va recuperando el volumen, se suavizan las subidas de precio, con tendencia a la baja, mientras que los aumentos en valor se van estabilizando.
Por productos, el descenso del volumen exportado en 2013 lo protagonizan los vinos a granel sin denominación de origen protegida (DOP), indicación geográfica protegida (IGP), ni variedad, cuyas ventas bajaron un 11% hasta los 746 millones de litros. Este vino sigue liderando las exportaciones en volumen con el 40,4% del total. La evolución en valor de las exportaciones de vino a granel es mucho mejor, ya que generaron unos ingresos un 16,7% mayores que en 2012. La causa radica en una fuerte subida de precios del 31,1%, hasta situarse en los 59 céntimos por litro. Por otra parte, los vinos con IGP, también han contribuido negativamente al volumen de venta: sus exportaciones se han reducido casi la mitad (-44%). Registran la mayor subida relativa de precios entre el conjunto de vinos exportados con un +52,7% hasta 1,37 euros por litro. Lo que moderó en gran medida la caída en valor (-14,5%).
La cara positiva de las exportaciones españolas de vino la ofrecen los vinos con DOP envasados, cuyas ventas crecieron un 1,6% en volumen y un 7% en valor. Siguen como primer vino exportado en valor con 1.078,3 millones de euros generados en 2013, y refuerzan su segundo puesto en volumen con casi 344 millones de litros. Su precio medio es de 3,13 euros por litro en 2013, 15 céntimos más caro que en 2012.
En cuanto al resto de productos, las exportaciones de vino espumoso cierran 2013 aumentando un 1,3% en valor y un 0,5% en volumen, hasta situarse en los 424,7 millones de euros y los 158,9 millones de litros, con un precio medio que aumentó en 2 céntimos hasta los 2,67 euros por litro. En el polo positivo, buen desarrollo de las ventas de vino de aguja. Por el contrario, los vinos aromatizados y los vinos de licor siguen la tendencia general de las exportaciones, con caída en volumen y crecimiento en valor, siendo mejores los datos de los aromatizados.
Por colores, España exporta principalmente vinos tintos y rosados (73,8% del valor y 59,7% del volumen total de vinos tranquilos), aunque van perdiendo cuota de mercado.
Por mercados de destino, y siguiendo con los datos de AEAT para 2013, se observa una mayor pérdida de ventas en aquellos destinos más enfocados a los vinos a granel, que siguen subiendo notablemente de precio, con mejor comportamiento, por consiguiente, en valor. Sin embargo, parecen recuperarse desde agosto de 2013 mercados como Francia, Italia, Portugal y Rusia, compradores tradicionales de vino a granel. Francia, es el primer destino para los vinos españoles en volumen en 2013 con 356,1 millones de litros y una caída del 11,9% respecto a 2012. Muestra un precio de 73 céntimos por litro, muy inferior a la media pese a que subió un 36,9%, por lo que ocupa la tercera plaza del ranking en valor con 258,6 millones de euros. Alemania se distancia como primer mercado en términos de valor al crecer un 11,2% hasta los 404 ,9 millones de euros, al comprar a un precio medio un 20,2% más caro que en 2012, precio que se situó en 1,35 euros por litro. En volumen, se mantiene como segundo destino con 299,1 millones de litros y caída del 7,5%. Reino Unido es un mercado menos enfocado a los vinos a granel, por lo que muestra un precio medio de 2,17 euros por litro. Esto le sitúa como nuestro segundo cliente en valor con 341,4 millones de euros (+2,7%), y cuarto en volumen con 157,4 millones de litros, un 3,5% menos que en 2012. Portugal ocupa la quinta plaza en volumen, aumentando sus compras de vino español un 9,8% hasta situarse en los 146,5 millones de litros. Sin embargo, destaca el aumento en la facturación, que es del 38% hasta los 93 millones de euros, gracias a una subida del precio medio del 25,7% hasta los 63 céntimos de euro. Por su parte, Italia muestra el precio medio más económico entre los 19 principales mercados, con 58 céntimos por litro, pese a haber subido un 29,1%. Es el tercer destino en volumen con 158,2 millones de litros (-16,4%), pero el décimo en valor con casi 92 millones de euros (+8%), siendo superado por Países Bajos y Japón, y por detrás de Estados Unidos con casi 257 millones de euros (+1,8%), Bélgica con 116,6 millones (+14,8%) y Suiza, con 110,9 millones (+2,6%). Estos tres países ofrecen peor evolución en volumen, especialmente Suiza (-18,4%) y Estados Unidos (-13,3%), con ligero aumento de las ventas hacia Bélgica (+1,9%). Estados Unidos se mantiene como sexto destino en volumen con 78,9 millones de litros, seguido de lejos por Bélgica con casi 51 millones. Por su parte, Suiza ocupa el decimotercer puesto del ranking con casi 28 millones de litros, teniendo mucho menos peso en volumen, al mostrar el precio medio más caro (3,97 euros por litro) entre los países analizados, el cual subió a su vez un 25,7%.
Respecto a otros países, destaca la notable pérdida de mercado de China, donde hemos vendido un 40% menos de vino en 2013. Con 41,5 millones de litros, cae a la novena plaza del ranking en volumen, situándose detrás de Países Bajos (+1,6%). El gigante asiático compró a un precio medio un 36,5% más caro, lo que moderó su descenso en valor. Con 73,8 millones de euros (-18,1%), ocupa el duodécimo puesto como país de destino. Peor aún fue el desarrollo enRusia, importante cliente para el granel: nuestras exportaciones de vino cayeron un 41,3% en volumen y un 24,2% en valor, hasta los 31,5 millones de litros y los 25,4 millones de euros respectivamente, perdiendo bastantes puestos en ambos rankings. Pese a estos datos tan negativos, las ventas hacia el mercado ruso parecen ir recuperándose poco a poco en la segunda mitad de 2013. Por otra parte, cae bastante el volumen exportado hacia países como Canadá oDinamarca, con mejor comportamiento igualmente en valor, en ambos casos con subidas superiores al 3,5%. Durante 2013, España sólo ha exportado vino más barato hacia Irlanda (-12,2%) entre los 19 principales mercados.
Clasificación legal del vino en España
En España la categoría y la calidad de los vinos está regulada por la la Ley 24/2003 de la Viña y del Vino, que a su vez adapta el anterior estatuto del vino de 1970 a la legislación europea.
Según la ley indicada, el vino es el alimento natural obtenido exclusivamente por fermentación alcohólica, total o parcial, de uva fresca, estrujada o no, o de mosto de uva.
Categorías de los vinos:
Según la normativa europea, los vinos se clasifican en tres categorías de acuerdo a su nivel de protección geográfica y al grado de exigencia en su proceso de fabricación. En España, la primera categoría está dividida a su vez en varias subcategorías.
a. Por su estado legal:
a.1. Vinos con Denominación de Origen Protegida (DOP)
Los Vinos con Denominación de Origen Protegida, son vinos cuya calidad y características se deben esencialmente o exclusivamente a su origen geográfico, con sus factores humanos y culturales inherentes. Poseen una calidad, reputación u otras características específicas atribuibles a su origen geográfico. El 100% de las uvas proceden exclusivamente de la zona geográfica de producción y su elaboración tiene lugar dentro de la zona geográfica. Estos vinos, de mayor a menor calidad, se clasifican en:
- a.1.1 Vinos de Pagos (VP): son los originarios de un pago, entendiendo por tal el paraje o sitio rural con características propias que lo diferencian y distinguen de otros de su entorno. En caso de que la totalidad del pago se encuentre incluida en una Denominación de Origen Calificada, podrá recibir el nombre de «Pago Calificado», y los vinos producidos en él se denominarán «Vinos de Pago Calificado», siempre que acredite que cumple los requisitos exigidos a los vinos de la Denominación de Origen Calificada y se encuentre inscrito en la misma.
- a.1.2 Vinos con Denominación de Origen Calificada (DOCa): esta categoría está reservada a los vinos con Denominación de Origen que han alcanzado altas cotas de calidad durante un dilatado periodo de tiempo. Además de una mayor exigencia de control y calidad, deben haber transcurrido, al menos, diez años desde su reconocimiento como «Denominación de Origen» para poder obtener la categoría de «Calificada».
- a.1.3 Vinos con Denominación de Origen (DO): son vinos de prestigio que proceden de un área de producción delimitada y con una elaboración reglamentada por un Consejo Regulador. Deben haber transcurrido, al menos, cinco años desde su reconocimiento como «Vino de Calidad con Indicación Geográfica».
- Una denominación especial es la de cava, que se utiliza para vinos espumosos y que en España tiene la consideración de una Denominación de Origen (DO) que abarca a varias regiones, con especial arraigo en Cataluña.
- a.1.4 Vinos de Calidad con Indicación Geográfica (VC): es el producido y elaborado en una región, comarca, localidad o lugar determinado con uvas procedentes de los mismos, cuya calidad, reputación o características se deban al medio geográfico, al factor humano o a ambos, en lo que se refiere a la producción de la uva, a la elaboración del vino o a su envejecimiento.
Están exentos de la obligación de incluir la mención geográfica los vinos españoles con las denominaciones: cava, jerez y manzanilla, al considerarse que su denominación tradicional está vinculada a un área geográfica específica.
a.2. Vinos de la Tierra (VdlT)
La legislación europea los clasifica como «Vinos con Indicación Geográfica Protegida» (IGP) y la española como «Vinos de mesa con derecho a la mención tradicional Vino de la Tierra». Son vinos procedentes y elaborados en un área geográfica delimitada, teniendo en cuenta unas determinadas condiciones ambientales y de cultivo que puedan conferir a los vinos características específicas. Poseen una calidad, reputación u otras características específicas atribuibles a su origen geográfico. Al menos el 85% de las uvas procede exclusivamente de la zona geográfica.
Se incluyen aquí los vinos denominados Viñedos de España que agrupa a varias regiones españolas.
En otros países los vinos con Indicación Geográfica Protegida se denominan: regional wine (Reino Unido), vin de pays (Francia, Luxemburgo y la provincia italiana de Valle de Aosta),indicazione geográfica típica (Italia), vinho regional (Portugal), Landwein (Alemania) o landwijn (Países Bajos).
a.3. Vinos de Mesa
Los Vinos de Mesa son aquellos vinos no incluidos en ninguna zona geográfica protegida. Estos vinos no pueden hacer ninguna referencia geográfica sobre su procedencia y no tienen que cumplir las exigencias que se piden a los vinos procedentes de zonas geográficas protegidas.
b. Indicaciones de envejecimiento
A efectos de protección, la Ley de la Viña y el Vino establece que los vinos pueden usar ciertas denominaciones de acuerdo a las condiciones de envejecimiento. El año de la cosecha también puede figurar en la etiqueta, para lo cual es necesario que al menos el 85% del vino se haya producido en la cosecha de ese año.
- b.1Los Vinos de la Tierra (VdlT) y los Vinos con Denominación de Origen Protegida (DOP) pueden hacer las siguientes indicaciones según sea su periodo de envejecimiento:
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Clasificación Envejecimiento mínimo Forma de envejecimiento Noble 18 meses en recipiente de madera de roble (máximo 600 litros) o en botella Añejo 24 meses en recipiente de madera de roble (máximo 600 litros) o en botella Viejo 36 meses carácter marcadamente oxidativo debido a la acción de la luz, del oxígeno, del calor o del conjunto de estos factores
- b.2Además de las indicaciones anteriores, solo los «vinos tranquilos»8 con Denominación de Origen Protegida (DOP) podrán clasificarse también en:
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Clasificación Tintos Blancos y rosados Forma de envejecimiento Periodo de envejecimiento Tiempo en barrica Periodo de envejecimiento Tiempo en barrica Crianza 24 meses 6 meses 18 meses 6 meses al menos 6 meses en barricas Reserva 36 meses 12 meses 24 meses 6 meses en barricas el tiempo indicado y el resto en botella Gran Reserva 60 meses 18 meses 48 meses 6 meses en barricas el tiempo indicado y el resto en botella Los periodos de envejecimiento indicados, son periodos mínimos. El periodo de envejecimiento total incluye el tiempo en barrica.
La barrica debe ser de madera de roble con una capacidad máxima de 330 litros.
- b.3Aunque no es una clasificación oficial, coloquialmente se denomina «vino joven» al vino que no ha tenido envejecimiento o que no alcanza el periodo mínimo para considerarse crianza
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c.Los «Vinos Espumosos de Calidad» (entre los que se encuentran los cavas) pueden utilizar las siguientes indicaciones:
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Clasificación Denominaciones Condiciones de envejecimiento Premium y Reserva Vinos espumosos con D.O.P. (incluyendo Cava) a criterio del productor (para el cava, mínimo 15 meses) Gran Reserva Solo vinos con D.O. Cava de las categorías brut, extra brut o brut nature periodo mínimo de envejecimiento de 30 meses desde el tiraje hasta el degüelle